Hoy me entregué al viento
con alas grises de alivio
en la libertad del cielo.
Miré el azul de cerca
y el horizonte no era sólo poesía
sino también referencia.
Fui yo, no me llevaron
un poco como pájaro,
niño mimado del aire
titubeante en los primeros pasos.
Volar es la fascinación del alma.
La tierra me espera
con brazos de madre.
Con mi sonrisa feliz
le traigo algo del sol triunfante.
de Luis Alberto Ambroggio