El tigre mental

de José María Memet


En el vacío, sólo el tigre permanece.


En oídos finos, no existe el bullicio.




Escuchar a la fiera carnicera


que camina ensimismada en su vaivén,


descendiendo invisible y perfecta


por las hojas de los lotos que cubren la laguna,


es una utopía comparable a la sombra


que ejercemos con fervor de novatos


en el arte de hablar desde la jaula.




En el vacío, sólo el tigre se desplaza..


En oídos finos, no existe el bullicio del follaje.




El felino no es doméstico, es un gato mayúsculo;


como ha vagado demasiado


por la inmensidad de la mente


creemos escuchar rugidos en las noches.


Son temores, lector. Sólo zarpazos.




Para crear mitos, el miedo es necesario;


crear uno,


se vuelve imprescindible.





Poema inédito del libro: El Rastreador de Lenguajes,


que será publicado a fines de 2002.
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