¿QUIÉN DIJO QUE ES COSA SOLO DE HOMBRES?
Para que no quieras llorar
para que no duermas sola
para usar tu mano
sobre tu cuerpo un rato
para que la cama calme
tus horas encantadoras
haciendo de tu sueño
una gloria amansadora
con éxtasis alocado
propongo un rato
de invitación auto proclamado.
Para sentir,
para volver a transpirar,
tal vez
tenga un poema que quiera encender
en tus mejillas blanquecinas
perdidas arrugas
perdidos años joviales
que busca entre películas
el amor de un grande.
Despeina tus años
escapando un nuevo movimiento
mano tímida, gruesa
que el frío del día
hierva esperando
sabiendo de roces
de bienvenidas.
Para concentrar el encuentro
la experiencia me enseñó
a desconectar el teléfono
apagando el televisor
de las moscas y mosquitos
que distraen en vos
que molestan en esta situación
dos pequeños toques
de repelente
adelantándose al problemón.
Para disfrutar el momento
tu momento
mi mejor consejo
cierra los ojos del dormitorio
boca abajo escuchando tu respiración
creyendo estar frente a ti
un retoño
brazos esculturales
piel acaramelada
un fuerte joven grandulón.
Siento que ahora estas más cerca
de reír que de llorar
no sé, si carcajadas tendrás
no sé, si reirás
pero, en las esquinas de tu barrio
charlando con doña Rosa la quejosa
mientras ella refunfuña
de su esposo lento
alardeando no usar bolsa caliente en invierno
refregando sus no solitarias noches
recalcando tu soltería envejecida
recordarás aquella noche
que entre sueños y sin reproches
disfrutaste tu mejor
auto compañía.
Texto de Graciela Kiriadre
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