Chanti

 (Santiago González Riga) nació en la ciudad de Mendoza (Argentina), el 25 de enero de 1970.
Posiblemente Chanti sea en la actualidad uno de los creadores más prolíficos que posee el género de la historieta dedicada a los niños en la Argentina. Es enorme la cantidad y diversidad de personajes salidos de su imaginación.

Y no sólo eso, Chanti también se desempeña como ilustrador y diseñador gráfico —graduado en la Universidad Nacional de Cuyo—, es uno de los fundadores de Banda Dibujada, movimiento cultural que apoya la creación, edición y difusión de la Historieta para niños y, al mismo tiempo, participa activamente en "El Círculo del Cuadrito", agrupación de historietistas de Mendoza, su provincia natal.
Casi toda la obra de Chanti (seudónimo derivado de su sobrenombre familiar "Santi = Chanti") se encuentra orientada al público infantil: "Es lo que más me gusta. Te da más libertad, podés volcar más la fantasía. Me llevo muy bien con los chicos y me gusta mucho el niño como lector."
Como también le ocurrió a la gran mayoría de sus colegas, su pasión por la historieta le nació desde niño: "Desde muy pequeño me encantó narrar con dibujos; no sólo dibujar sino contar historias con los dibujos. La historieta me vino como anillo al dedo. Aunque me encantaba dibujar, las clases de dibujo en la escuela (primaria y secundaria) nunca fueron de mi total agrado. Eran muy pesadas, para decirlo de alguna manera. Había que dibujar jarrones o hacer un dibujo en perspectiva de una alameda. Una vez, en la secundaria, la profe pidió que dibujáramos una naturaleza muerta. Yo dibujé una mesada de cocina, utensilios, un pajarito muerto (me encantaba dibujar animales), y un libro de recetas de cocina abierto donde decía 'cómo preparar polenta con pajaritos' (mi veta de humor negro). ¡La profe casi me mata! Me dijo retándome: '¡Naturaleza muerta son jarrones y frutas!'. Y yo no entendía por qué un pajaro muerto no lo era. Conclusión: tenía mucha pasión y no sabía cómo canalizarla."
Chanti publicó sus primeros trabajos de humor e historieta en el diario Mendoza, luego en los periódicos Diario de Cuyo (San Juan); Uno, Los Andes y El Sol (Mendoza); La Prensa (Buenos Aires); y en las revistas Billiken Video y Apertura.
Sus dibujos ilustraron materiales educativos e informativos para distintos organismos del gobierno mendocino y empresas comerciales. También colaboró con editoriales y publicaciones gubernamentales del extranjero; ilustró libros de catecismo para Chile y comic-books sobre la prevención del delito para el National Crime Prevention Council (Washington, USA).

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