de Fermín Estrella Gutiérrez
La vida hay que vivirla lentamente
sin prisa, sin angustia, sin recelo,
como quien mira simplemente el cielo,
como quien bebe de una pura fuente.
Vivir entre el pasado y el presente,
vivir sólo lo hermoso, el noble anhelo,
sin descorrer el misterioso velo
de lo que ha de venir forzosamente.
Mira la rosa y goza con su encanto,
abre el pecho y el alma a la mañana
y pon tu vida en el amor y el canto.
Goza el frescor que de la noche mana,
trueca en sonrisa la acritud del llanto
y abre el sol y a los vientos tu ventana.
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