de Fermín Estrella Gutiérrez
En el pulmón del viento va tu nombre
como un rezo escapado de la Biblia.
Tu misticismo y tu pureza son
clara bondad en tu mirada ardida.
Eres delgada y pálida, y tus manos
son un ágil misterio cuando pintas.
Los sueños y los libros te han dejado
en un lecho de músicas dormida.
Tienes una humildad que te hace grande
y el silencio es en ti cosa divina.
Tu atención fraternal, siempre en acecho,
fué sembrando esperanzas en mi vida.
En callada oración pido a los dioses
que protejan la calle de tus días.
Del libro Los caminos del mundo,Buenos Aires, 1929
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